sábado, 1 de mayo de 2010

Capitulo 6

Cuando Sait se dio cuenta de que le seguían varios tipos se subio a una rama bastante poblada, para que no le viesen y siguió su camino, por las ramas de los arboles, siguiendo a los que le seguían a el “El cazador cazado” penso este, en ese momento reconoció a Cindy. Se paro en seco en la rama y se preparo dos dagas, una en cada mano. Con la primera le cercenó la cabeza a la chica mas baja, la otra se la hundio en el ojo, matándola, a la tercera chica. Después desenfundo el sable nuevo de una aleación de acero, y salte a por Cindy.
El sable brillaba bajo la luz vacilante de un sol que ya se empezaba a ocultar. Sait aterrizo a su lado, la saludo, sin recibir respuesta, y en cuanto vio que ella se daba cuenta del peligro le decapito con un veloz movimiento.
Las quito las mochilas en busca de algo de comer, pues llevaba dos dias sin hacerlo, pero en vez de eso se encontro la cabeza, sanguinolenta de Suka, con los ojos en blanco, y varias heridas postumas. Las metio en un hollo a las tres y a la cabeza sin mostrar un solo sentimiento, y las prendio fuego.

Tras eso escucho el fluir de un rio mientras meditaba buscando el descanso que necesitaba, se desnudo, y se metio dentro del rio, solo entonces se dio cuenta de que su llama casi habia desaparecido, solo era una tenue marca del color de la sangre brillante, ¿Espera, del color de la sangre? Pero si antes era negra. Se extraño cuando vio esto, se miro mientras se mojaba la cabeza, y se dio cuenta de que tenia mucho frio en el brazo derecho como si hubiese un cristal de hielo clavado entre la fibra de sus musculos, sonrio mirandose y vio una marca en forma de cristal de nieve tatuada ahí, tambien del mismo color, rojo sangre. Se empezo a preocupar cuando se empezo a evaporar el agua a su alrededor. Se salio del riachuelo y fue corriendo a sus ropas, Las noto frias, y a la vez calientes. Se las puso y se fue corriendo, a un poblado cercano, creia que tenia fiebre, ademas que le dolia la cabeza como si se la estuviesen arrancando, grito con todas sus fuerzas, mientras caia sin sentido a diez metros del pueblo.


Se desperto por la noche se daba cuenta de ello cuando se giro en el bosque y no vio nada de luz que no viniese de la luna o de una hogera que se hallaba a unos metros de el. Se incorporo en cuanto se dio cuenta de que estaba sin camiseta, y se hallaba acompañado por dos chicas en ropa interior. Que costumbres tan raras.
-Ah ya despertaste,- Dijo la primera chica, con un acento extraño.
-¿Eh?- Dijo aun sorprendido me costaba entenderla con ese acento, creia que no se habia alejado tanto del sur de su peninsula, estaba asustado,
-Vaya parece que no es de aquí. – Dijo la chica mas cercana, que aun no habia ablado.
-No. – Notó como le subia la sangre a la cara. Se estaba sonrojando por su semi desnudez.
-¿Por qué te sonrojas?- Dijo la primera chica
-De donde yo vengo las chicas llevais algo mas que la ropa interior. – Dijo mientras bajaba la cabeza.
-Pues tendras que acostumbrarte, no tenemos mas ropa que esta. En nuestra aldea solo llevamos esto. Ya veras por que- dijo la mas cercana.

Se pusieron en camino al dia siguiente, por lo visto no era un pueblo lo que estaba a esos cien metros como el creia. Si no unos restos de un pueblo destruido, como no, con el dragon pintado en el suelo con sangre. Siguieron andando durante cinco dias mas, una vez llegaron estaba en pleno desierto. Intentò conservar toda su ropa durante todo el tiempo que pudiera. Pero mientras se terminaba de recuperar, se iba acomodando al lugar, y quitando ropa, de encima por que el calor ya era sofocante. A los diez dias de llegar su cuerpo recupero una temperatura normal en un desierto, y se despedio, gracias a los dioses, habian tenido que ir hacia el norte. Salio de alli una mañana y se encamino hacia el norte.

A las veinte noches de irse, diviso unas montañas de hielo, y se sonrio a mi mismo, cada vez hacia mas frio.

Llego alli tras varios dias de caminar, pero no habia parado mas que por las noches, y en cuevas en las que encendia una fogata. Habia oido que en las montañas de hielo aparte de un clan del hielo, habia un hermitaño que sabia invocar a los sellos, que se marcaban en la piel, con el color de la sangre
Llego a la cueva del hermitaño en unos dias, se metio en ella titubeando, cuando le vio.
Era un joven de unos dieciséis años, con un cristal dehielo en el cuello, una llama en la palma izquierda, un trueno en la cara mas exactamente en la frente. Y algo que parecia una roca, grabado de una forma, que parecia a fuego en el estomago, como si se enfrentase a los otros sellos. Se acerco a el.
-Hola, me llamo Sait.- Saludo con firmeza.
-Hola, - Saludo sin dirigirle una mirada el otro. – Yo soy Jhin.
-Eh, Me dijeron que tu podrias ayudarme a hacerme mas fuerte.
-Eso dicen todos, y nadie lo logra. Ahhhh – Bostezo.
-Yo lo voy a lograr.

Pasaron varias semanas y no lo conseguia, hasta que un dia paso algo inesperado estaba Sait practicando, intentaba crear una bola de fuego, pero en ese momento, lo que le salio no podia ser mas distinto. Su cuerpo ardio solo, ni una sola parte dejo de arder en ese momento. Gritaba como si le estuvieran deshollando vivo. Pedia ayuda, como si le fuera la vida en ello. Ya que el pensaba eso. Para cuando Jhin llego sin prisa alguna, solo quedaba un monton de cenizas en su lugar. Este sonrio cuando cojio un monton que estaba ensangrentado, que suerte para el que Sait no se hubiese dado cuenta de que le habia lanzado una daga haciendole una herida en el brazo izquierdo. Lo metio en una bolsa y partio.


Sait aparecio en una montaña alejada de la mano de dios, estuvo varias semanas ahí tirado hasta que se recupero. La pierna izquierda le ardia a horrores. Se miro y tenia una quemadura, donde antes estaba su llama. Entonces fue cuando se le empezo a congelar el brazo derecho y sinto un frio lacerante, que se le metia por dentro de la carne. Se miro el brazo y vio una raja, que le subia desde el codo hasta el hombro. Todo el brazo ensangrentado y la sangre congelada. Genero una llama en la mano izquierda y se intento derretir el hielo, pero no podia. Al final desistio de ello se puso en pie y empezo a andar como podia, le habia costado mucho recuperarse, ya que tenia que mantener un muro de hielo puro, pero aun asi no habia terminado de hacerlo, fue cojeando, hacia alguna aldea cercana, no sabia exactamente donde estaba, pero se sentia bastante inseguro.
Segui corriendo, mas que andando, por el peligro, que notaba tan cercano, a pesar de hallarse bien lejos de donde habia empezado, en algun momento, de algun dia de los que paso alli muerto de hambre, cayo incosciente, notando que algo duro y pequeño, le abrasaba, la piel, que ya estaba quemada, y destrozada por los dias que habia pasado al sol sin tomar medidas. Entre sueños, creyo notar que algo le arrastraba por el desierto, arañandole la piel, y causandole heridas, no precisamente superficiales. Aunque se volvio a dormir, cuando se desperto, escucho a dos personas hablar.
- Le han encontrado tirado en el desierto.- Dijo una voz grave.
- Pero por eso mismo hemos de ayudarle.- Esta voz era mas aguda.
- ¿Es que acaso no ves los sellos del fuego y el hielo? Es un miembro de los Clanes Negros, en los terrenos de los Blancos.
- Pero se supone que somos una aldea de san...
Sait habia abierto los ojos a tiempo de ver al hombre de voz grave, que ademas era alto y musculoso, darle una bofetada a una joven menuda y delgada que estaba delante, y que salio tras el chico grande. El joven se levanto con esfuerzo notando como unos vendajes excesivamente apretados le molestaban en la zona lumbar. Pero no notaba ninguno dolor del tipo de las heridas. Debieron curarle bien. Miro alrededor buscando un indicador de donde estaba, vio a una joven de piel morena, probablemente por el sol, con un simbolo de una roca en el brazo. Muy similar al suyo de la llama, no lo habia visto nunca, por lo que deberian de ser de los Blancos. Fue a salir de la cabaña pero una especie de mono de tres metros de alto y un metro y medio de ancho se interpuso en su camino.
- Que monito tan mono.- Intento Sait
“callate” Recibio por toda respuesta, y para colmo en su cabeza. Retrocedio ante la mole, pero cansado de estar recluido, estiro un brazo hacia el bicho peludo, y este ardio como si fuese un papel quemado. Convirtiendose en una mole de piedra chamuscada. Salio y vio a dos hombres armados hasta los dientes, dio un paso atrás, pero habia otro hombre.
Pero los siguientes segundos no los olvidaria en su corta vida.
Habia aparecido un hombre con un cuchillo en una mano y habia degollado al hombre que le impedia la retirada, pero cuando Sait giro hacia el este ya no estaba, pero unos metros mas adelante estaba una serpiente negra de la mas pura oscuridad, que devoró a los dos hombres que se habian quedado paralizados en medio de la villa. El chico debia ser dios, Pensó mientras el reptil giraba su enorme y fea cabeza hacia el. Y se transformaba de nuevo en un humano completamente vestido, y se ponia a la altura de Sait.
-Hola- Consiguio decir Sait.
-Buenas, soy Dagi. – Dijo amablemente el joven.- ¿y tu?
-Yo soy Sait- Estaba empezando a temblar.
-Me lo imaginaba, me lo dijo Jhin.
-Quien es realidad Jhin?
-Es un joven de nuestra edad con aspiraciones… Para nada benignas.
-¿Aspira a tu poder?
-Exactamente- Tercio Dagi- Pero es mejor que yo, el es un oscuro, y yo un humano.
-¿Qué es un oscuro?
-Alguien que ha cometido atrocidades, por las cuales su sangre es negra. Atrocidades como esta.
Tras ello se lanzó con un sable en una mano. Y con el partio por la mitad a Sait

viernes, 19 de febrero de 2010

capitulo: 5

Cáp. 5
“Aunque intentemos detenerla, la muerte siempre nos acecha.”
Ya llevaban dos horas siguiendo el rastro, casi escaso de Suji, que parecia que alguien le habia entrenado para que lo escondiese, pero aun asi no debia ser problema para ellos dos, ya que nadie le habia enseñado a luchar adecuadamente, y Suji le habia vencido hacia poco.
Aparecio dormido en el mismo bosque en que Suka se escondio de sus padres. Los jóvenes se sentaron a esperar a que se levantase, aunque ya habian preparado el terreno con trampas por si volvia a huir. Tras treinta minutos de espera se desperto. Se sorprendió de que le hubiesen encontrado tan rapido, pues apenas acababa de contactar con los dragones. Cogio su arma y ataco a Sait, casi desesperado por conseguir algo de tiempo.

Sait, al verse atacado por el chico, se levanto y saco la katana lo primero, inmediatamente golpeo la espada corta de Suji, y en cuanto saltó de su mano por la fuerza con que la golpeo, Sait le clavo la katana en el estomago.

Suka se desperto con el jaleo de la pelea justo a tiempo de ver como Suji estaba a punto de clavarle una segunda daga, bajo la mandibula a Sait, pero que este ultimo terminaba la pelea clavandole la katana.
La chica se levanto y agarro a Sait, antes de que se cayera. El chico se habia mareado por la muerte del que un dia fue un amigo, que ademas él habia causado. Después, cuando el chico se recuperó, cubrieron con una sabana el cadáver, y lo llevaron a la base del clan mas cercana, que estaba a unos novecientos metros.

En cuanto llegaron, vieron que habia poca gente, todos con el traje del clan. Se acercaron al que parecia el lider.
-Buenos dias. – Saludo Sait.
-Serán para vosotros.- Respondio el Lider.
-¿Que ha pasado aquí?- Preguntaba inmediatamente Suka.
-Los dragones nos asaltaron-Respondia uno de los mas heridos.
-Vaya lo siento.-Intento consolarlos Sait.-Pero os traemos el cadáver de uno que se infiltro en nuestra base, teniamos que llevarlo hasta ella pero creo que de momento nos quedaremos para ayudar.
-Solo si nos enseñais las reliquias del clan.-Dijo tajante el Lider.
Suka se saco una daga reluciente de plata con el símbolo de la llama y su nombre grabado en oro. Sait se encogio de hombros.
-A mi todavía no me han dado la mia, esta es mi primera mision. – Dijo sonriendo Sait un momento antes de que Suka le tendiese un sable de oro, con el filo de plata y la guarda de diamante, con el nombre y la llama en oro del filo.
Sait sonrío, y se saco el documento que les obligaban a llevar a partir de los catorce años, y con el que ya llevaba tres años, en el que figuraban su nombre, su edad, y el lugar de nacimiento. Suka hizo lo mismo, mientras Sait se enfundaba el sable a la espalda, regalándoles el sable que llevaba antes a los de la base.

Partieron tres días después, con un regalo cada uno como símbolo de que habían ayudado a esa base, acompañado de un documento en que explicaba lo ocurrido, y dos guerreros de escolta.
Una vez llegaron a su escuela-base, se encontraron un cementerio, y una pintada en la pared hecha con sangre, que tenia la forma de un dragón. Buscaron entre los cadáveres por si quedaba algún superviviente. Únicamente encontraron a Cindy.
La trataron las heridas que pudieran estar infectadas, y las que no también. Por como llevaba la ropa deducieron que la habían encontrado sola e intentaron violarla. Una vez despertó la dieron algo de comer y mientras, la preguntaron que que había pasado.
-¿Cindy, que ha pasado?-Empezó Sait.
-El director les abrió la puerta a los dragones, uno entro en mi habitación a matarme, pero con los ruidos, me había despertado y tenia mi arma preparada. Pero estaba en camisón y creo que el chico reacciono como seria normal, e intento violarme. Me había quitado el arma, y para cuando la recogí, el guerrero me había empezado a desnudar. Y le conseguí matar antes de que él, enfurecido me matase a mi, aunque no pude evitar varias heridas, alguna grave, imagino. Si no, no me habría desmayado.-Para cuando termino de hablar ya había terminado de hablar, y decidieron que mirarían los cadáveres en busca de alguien que fuera del clan. En una hora entre los cinco, habían reunido a todos los cadáveres, y los habían quemado, antes de que empezase una epidemia.
Un día mas tarde salieron para ir a alguna de las bases, del clan.
Fueron bien recibidos, en la base en que pararon Sait y Suka tras matar a Suji
-Habéis vuelto. – Saludo sorprendido el vigía del recinto.
-Si, esta vez acompañados.-Apunto Sait.
-Y no por un cadáver.-Sonrío Suka.
-Venga, pasad.-Dijo el vigía mientras les abrían la puerta.

Entraron en el recinto y los soldados se fueron a sus habitaciones. Mientras que los tres jóvenes, fueron a ver al Líder para pedirle asilo.

Una hora después les acompañaba una chica joven a sus nuevas habitaciones. En las cuales, Cindy estaría sola.
Al día siguiente, Sait se despertó temprano para investigar el sitio que a partir de ahora llamarían hogar. No esperaba encontrar a nadie por lo que se sorprendió cuando vio a Cindy, entrenando con el arco.
-Hola Cindy. – Saludo Sait sonriendo.
- Ah, hola Sait. – Era evidente que la había asustado.
-Entrenabas.
-Evidentemente. – Apunto la chica. – Creo que pronto nos enviaran a otra misión.
-Eso espero, no aguanto este sitio. –Respondió Sait asqueado.
-No vamos a tardar mucho,-Dijo una voz desde el marco de la puerta. Era el Líder del Clan. Una figura ilustre entre los ilustres.
-Señor- Saludo Cindy
-Oh, Líder- Siguió Sait inclinando la cabeza en señal de respeto
-Levanta la cabeza, chico. Tenéis que descubrir donde se esconden los Dragones salid de aquí en cuanto vuestra amiga este despierta.

Una hora después Sait y Suka se iban por un lado. Cindy había pedido que la dejasen quedarse, que ella ya no tenia nada que ver con los dos jóvenes. Y lo que era peor se lo habían concedido.

Sait y Suka no quisieron ni despedirse de ella por semejante traición, cogieron sus armas y se fueron corriendo de allí, quizá para no volver.

-Sait, empiezo a notar algo raro. Como si nos siguieran. – Dijo una preocupada Suka.
-Tranquila, yo también. –Sait se notaba quizá distante, pero cuanto menos preocupado.-Salta a los arbustos cuando te diga y en cuanto nos adelante quien sea les atacamos.
-Vale.-Termino Suka.
Dos minutos después saltaron a los arbustos. Y esperaron quietos a que llegase su enemigo. Quien no les hizo esperar mucho mas, se detuvo a escasos metros de ellos al no ver las huellas del suelo que llevaba siguiendo todo el rato. Se dio la vuelta, y miro alrededor suya fijandose en todos los detalles que no encajasen en el paisaje, cuando una daga, le cercenó la cabeza de un golpe manchando los arboles cercanos con su sangre. Sait se acerco y le aranco la mascara, que llevaba protegiendole la cara, y le sorprendio ver una llama tatuada en la cara, del mismo estilo que las suya, y que su cara le sonaba, era el vigia de la fortaleza. En ese momento Se dieron cuenta de que no estaban seguros con sus actuales aliados. Y se dirigieron a una de las ciudades mas cercanas, para cambiar de ropa, y vender las armas que llevaban actualmente, y comprar otras.

A las pocas horas de llegar a la ciudad se dieron cuenta de que no seria facil deshacerse de aquello sin preguntas innecesarias. Aun asi se dirigieron a una tienda de segunda mano que habia cerca de una de ropa, y les vendieron las armas. A cambio de cien mil creditos. Tras eso fueron a la de ropa y se compraron unas prendas baratas, que se pusieron en cuanto tuvieron una oportunidad. Y vendieron tambien la ropa.
Al cabo de un rato salieron de la ciudad, con nuevas ropas y sin armas, al menos visibles. Y se dirigian a algun sitio en que no pudiesen darles caza.

domingo, 14 de febrero de 2010

Capitulo 4 :

Cap 4
“Sabiendo que no queremos herir a los demás, lo hacemos, pero por puro instinto”

Sait salio disparado contra el muro de pura piedra, rebotando en el, cayo de lado al suelo, solo le dio tiempo de ver al militar del tatuaje antes de perder el sentido, Y quizá incluso la vida.

Pero por suerte o desgracia, Suka no corrio la misma suerte, se anticipo al golpe, y deslizando la mano por la parte de atrás de su camiseta, saco una daga de plata, regalo de su titulacion, y se la clavo al militar en la clavicula, matandole a sangre fria, se la volvio a esconder y cogio, el cuchillo de caza del militar y le rajo la espalda y destrozo la herida de forma que no pudiesen identificar su arma. Después fue corriendo a donde esta Sait, y le despertó rapidamente.

Horas después Sait se despertaba en su habitación vendado, en varios sitios, y una pierna y un brazo escayolados. Fue a girar la cabeza para buscar a Suka pero le habian entablilado el cuello, probablemente tuviese una fractura o similar.
-¿Suka?-Pregunto con un hilo de voz
-Sait. – Susurro ella desde su lado. – Venga duermete otra vez. Estas herido. Te diste un golpe muy grande.
-Ah, no quiero dormirme tengo pesadi…-Pero no dijo mas, se habia dormido, el cansancio de todo el dia, la batalla con Cindy, el golpe del militar el esfuerzo inconsciente de sobrevivir durante toda la serie de intervenciones que tuvieron que hacer, ya podia con el.

Seis semanas después ya podia andar, pero tenia que ir siempre acompañado de Suka, pues sus huesos aun eran debiles.

Al dia siguiente de que le dijeran esto, se reincorporo al ritmo normal de clases, empezando justo por la hora de historia.

-Hoy voy a hablaros de la Catastrofe de la Tecnología: Puesto que ya sois mayores para conocer la verdadera historia os la contare.
“Todo empezó con el descubrimiento de un agujero en la capa de ozono, al cual solo unos pocos consideraron un adecuado presagio del gran caos que vendria mas tarde por la polucion, aun asi no se hizo ningun cambio en las fabricas ni en el gran problema: la tecnología, vamos, nadie intento parar lo que se nos venia encima. Por eso en el 2057 se descubrio el futuro que nos venia de frente y con la cornamenta bien alta, para embestirnos. Y aun entonces no se apagó todo, incluidas las fabricas. Solamente, se realentizaron todos los procesos y, en el 2060 se reunieron los lideres politicos de cada pais y decidieron parar las fabricas y demas cosas que nos terminarian por matar, dandonos asi una segunda oportunidad. Solo hubo unos pocos aparatos que se quedaron, Radios, Relojes, algun tipo de iluminación electrica y calefactores eléctricos.”
-Aun ahora las radios son pocas y usadas principalmente por los militares, y otras facciones terroristas. Ahora en esta escuela van a colocar los calefactores y las luces, que antes solo se encontraban en las casas de los nobles.

En ese momento justo sonaron las campanas del fin de las clases. Y Suka y Sait se dirigieron a la salida, cuando a Sait se le cayo a los pies otra carta, una vez la abrio leyo lo siguiente.

Sait:
Es una pena que te quedases paralitico, pero te doy dos dias para ir a enfrentarte a mi a la misma hora de la otra vez, si no, se te considerará una escoria en toda la escuela.
Sin ningún tipo de aprecio:
Suji

-Estupido – Farfullo Sait.
-¿La batalla en dos dias?- Dijo Suka sorprendida, habia leido la carta después de Sait.
-Pues nada, se le dara la paliza que esta pidiendo ese crio. Por cierto ¿Y tu hermana?-Pregunto Sait.
-Creo que se fue con mis padres, una pena, aunque nunca me cayó demasiado bien.-Dijo intentando dar apariencia de que no le importaba, pero Sait la noto entristecida, por la traicion. No la de sus padres, sino la de su hermana.
-Venga, vamos a dar un paseo, a ver como esta la piscina cubierta.

Una vez llegaron a la piscina, que estaba vacia, fueron a su taquilla, usaban solo una, y sacaron los bañadores y se metieron a nadar un rato, aprovechando la calidez del agua, mientras se relajaban de todo el estrés de los ultimos dias.

A la hora citada del dia citado estaba Sait ya preparado con sus armas ya enfundadas y escondidas, esperando a Suji. Este, una vez llegó, se lanzó sobre el con dos tristes dagas como armas.
Sait levanto el sable e intentó defenderse, pero no contaba con que le lanzaria una de ellas, y tuvo que girar para evitarla. En ese momento, vislumbró un sable que llevaba en la capa, sujeto. Se aparto de él, aun blandiendo el sable. De repente Sait se sorprendiendo, Suji se habia sacado el sable de la capa. De todas formas, Sait seguia aprovechandose de haberse adelantado a el, enarbolaba una katana corta, que se habia preparado en el cinto antes de la batalla, en la izquierda, dandole un golpe digno de un maestro a Suji, tirandole del tatami e hirirendole de forma bastante profunda.

Sait se bajo del tatami, como siempre por su propio pie, aunque después tuvo que apoyarse en Suka, para salir del gimnasio.

Cuando estaban a punto de llegar al pasillo se encontraron con Cindy que iba sonriente al ver las heridas de Sait, pero en ese momento tambien vio a Suji, aun peor que Sait, y probablemente, derrotado.

Al empezar las clases de la tarde, tocaba entrenamiento (otra vez), con armas blancas largas, en otras palabras, katanas largas, y espadas y hachas de guerra.

Suka fue la elegida para el primer combate, junto a uno de los chicos mas fuertes de la clase, que ademas formaba parte del Sequito de Cindy, por lo que intentaria causarla daño. Escogio una katana larga, y se subio al terreno de batalla, preparada a enfrentarse a una mole con un hacha gigante.

El primer movimiento del gigante, fue dejar caer el hacha, donde estaba la chica, movimiento que solo podria evadir, por lo que se echo al suelo y rodo con una agilidad asombrosa, gracias a lo cual vio que el chico cojeaba de la pierna izquierda. Se incorporo y se dirigio hacia él intentando mantenerse alejada del hacha, y cuando estuvo detrás suya, le asestó un mandoble en la pierna que le fallaba, y el chico se cayo haciendo retumbar el suelo. Tras eso la joven empezo a intentar darle para que el chico tuviese que retroceder hasta el borde del tatami y se cayese.

Tras ella, le tocó a varios chicos y chicas mas, pero las batallas acabaron rapido, hasta que le llegó el turno a Sait, que por desgracia, no pudo luchar por que llego un profesor de guardia a buscarle ya que el director le habia llamado.

Una vez llegaron al despcaho el profesor le dejo en la puerta, llamó y se fue.
-Pasa, Sait.- Saludo el director.
-¿Me llamó?
-Si, debo decirte que me han dicho que eres uno de los mejores guerreros, y por tanto… Bueno no me parece que este sea el lugar. Ven a este despacho a partir de las diez de la noche. No te preocupes, no es nada malo.-Le dijo, viendo la preocupación en el semblante del alumno.

Sait se dirigio de alli a su cuarto con la esperanza de ver a Suka alli. Estaba bastante confuso, como para pensar en algo. Pero ella no estaba alli.

En toda la tarde Suka no habia aparecido, pero ese no era momento de pensar en aquello, con el director a su lado dando un paseo por el jardin.
-Bueno, y ¿que piensas de tus compañeros? – Le dijo, por primera vez en toda la noche.
-Eh, bueno no suelo pensar en ellos.-Respondio vacilante.
-Vaya, pues ahora tendras que empezar a pensar en ellos de una forma, si quieres sobrevivir. – Se le empezaba a notar decepcionado.
-¿Por qué? Si puede saberse. – Pregunto el joven sin darse cuenta de que entraban por un recinto prohibido para los alumnos, que estaba repleto de gente con ropa especial, como si fuesen un grupo de élite de los militares. Entre ellos vio a Suka, y con esa vision, se le cayo el alma a los pies. ¿Qué hacia ella aquí? Se preocupo aun mas al ver a Cindy entre sus filas.
-Te damos la bienvenida al clan del fuego.- Dijo uno de los chicos que estaban en la primera fila, al que se le veia una llama marcada encima de la clavicula. Una chica que estaba a su lado, la tenia en la palma derecha, mientras que un chico bajito la llevaba en la nuca, en una parte que llevaba rapada al cero, pero de una forma extraña, ya que parecia que el pelo no le crecia en las lineas de la llama. A Sait esto ya empezaba a sobrepasarle, hacia unos pocos dias, bueno semanas, le habia salido una especie de lunar con forma de llama pequeñita, pero según pasaba el tiempo, el lunar crecia, y ahora de largo media unos 10 centimetros aproximadamente. Y de repente hoy, le habian llevado con un monton de gente, que tenia el mismo lunar, pero ahora le corroia, una duda. ¿Dónde tenia Suka la llama?
-Tranquilo,- Le dijo Suka ya que le empezaba a notar el panico.- Ahora te explicarn unas cosas, y todo sera casi como antes.- Dijo Suka, matizando en el casi.
-Exactamente, pero antes tenemos, que traer a otra persona mas.- Dijo la voz del director desde la puerta, al lado de Suji.


Al dia siguiente Sait se levanto, con una nueva concepción del mundo. Sin tener en cuenta que el era ahora un miembro del clan mas fuerte del los clanes negros, aunque tambien el mas salvaje de todos ellos. Se decidio que entraria, sin embargo Suji, que tambien pudo entrar, se asustó ante esa posibilidad, y salió corriendo de la sala, y de la escuela. Y en el momento en que salia, todos vislumbraron en su brazo un dragon grabado, era un hijo de dragones. Esa misma noche le dieron una mision a Sait, tenia que matar a Suji. Aunque iria acompañado de Suka por si acaso tenian un problema.
Tambien le contaron que serian recibidos en cualquiera de los muchos recintos del Fuego que habia en todo el territorio de los Clanes Nergros. Saldrian por la tarde.

Cuatro horas mas tarde, Sait estaba en su habitación poniendose el traje del clan, una camiseta ajustada basada en colores oscuros con capucha y guantes en las mangas iguales, y un pantalón igual, y unas botas negras. Se dio cuenta de que llevaba una cantidad de enganches para fundas de armas increíble. Suka salio del baño con un traje similar, y dado que ya anochecia, saltaron por la ventana. Estaban en un primer piso, y se fueron a todo correr a la armeria del clan.
Una vez alli, se cogió dos dagas que enganchó en las piernas, un sable en la espalda, junto a otras dos dagas, y una katana en el cinto. Después se quedo mirando, a Suka mientras se armaba.

jueves, 11 de febrero de 2010

Capitulo 3 :

Cap 3
“Un solo hombre no puede cambiar lo que han hecho cien mil”
Sait seguia buscando a Cindy una semana después, pero esta vez por otro motivo, tenia una cosa muy importante que decirla. La encontro haciendo los deberes en la habitación.
-Cindy. –Saludo desde la puerta.
-Sait.- Ella se abalanzo a sus brazos, estrechandole calidamente.
- Anda aparta, no me gusta que me abracen.
-Jo, eres malo.- Dijo la joven mientras por enesima vez en la semana le empujaba a la cama, y empezaba a besarle, y desnudarle. Cuando el chico dijo:
-Cuantas veces te tengo que decir que no.- Dijo tajante en el mismo punto en el que siempre la cortaba, cuando iba a bajarle los pantalones como la primera noche.- Te lo llevo diciendo desde que empezaste, y sabes que no te he dejado llegar mas lejos ni una vez.
-Ya pero esperaba que hubieses cambiado de idea.- Dijo mientras empezaba a hacer pucheros.
-Ademas yo queria hablar contigo.-Dijo poniendose serio.
-¿Qué?- Dijo a regañadientes.
-¿Por qué siempre estas tan empeñada en hacerlo conmigo?
-Por que estamos saliendo ¿No?-Pregunto extrañada.
-Yo nunca dije que fueramos novios.-Replico al instante.-Creia que estabamos de acuerdo en ello.
-¿¡Que!? Pero…-Empezo aunque el no la dejo terminar.
-Yo desde un principio te deje claro que no me sentia mucho mas atraido por ti que de forma carnal, y en ningun momento dije que estuviesemos saliendo. Puedes estar con quien quieras.-Dijo cuando se dio cuenta de que ya empezaba a anochecer, la volvio a besar y se puso encima suya.

Media hora después Cindy salio de la habitación cambiada de ropa y radiante. Si alguien la hubiese preguntado que la pasaba le hebria dicho que estaba en el cielo, por fin tenia a Sait en sus garras, no le habia conseguido como ella querria, pero sabia que lo lograria con un poco de tiempo. Fue entonces cuando la vio, no cabia duda de que era ella, Suka. Pero era imposible, ella estaba muerta se dijo a si misma, mientras iba corriendo a la habitación, si ella volvia Cindy se tendria que ir a su habitacion legitima, ya que nadie la habia dicho que se mudase a la habitación de Sait, si la hubiesen pillado se la habria caido el pelo.

Suka habia entrado arreglada y con ropa de verdad en la escuela buscando al director, para explicarle lo sucedido. En ese momento vio a Cindy que se habia quedado palida, claro pensaba que estaba muerta.
Se dirigio al despacho del director, llamó y espero a ser recibida, una vez dentro saludo al director, y le explico como habian intentado sus padres primero convencerla, y después raptarla, para llevarla a las montañas del norte junto a los dragones. Tambien le explico como habia salido corriendo de ellos y les habia hecho creer que estaba muerta, después les siguió, mientras huian, y se reunian con otro tipo con el mismo tatuaje.

-Vaya, ve a tu habitación, se recogerán tus cosas de la casa, dado que tus padres las dejaron alli.

Sait estaba sentado pensando, cuando llego Cindy asustada como si hubiera visto un fantasma
-¿Qué, has visto un fantasma?
-Casi, he visto a Suka. – Dijo sin pensar en la reaccion del muchacho ante la mencion del supuesto fantasma.
-Su… ¿Suka? ¿Donde?-Pregunto zarandeando a la muchacha.
-En la entrada, ahora vete a ver a tu fantasma, que yo ya me voy de aquí.-Dijo dolida.
-Vete me da igual.-Se despidio Sait mientras se ponia la camiseta y se iba.

Suka estaba llegando al pasillo donde estaba su habitación, cuando alguien la abrazo con fuerza. Y para cuando pudo verle la cara ya sabia quien era, no podia ser otro que Sait.
-Sait. – Dijo únicamente
-Suka- Respondio el chico- Lo siento tanto.
-¿El que?- Dijo la sorprendida chica.
-Ahora te lo cuento, vamos a la habitación.

Una vez llegaron a la habitación se sentaron en la cama de Sait, donde tantas veces se habian sentado.

-¿Qué es lo que sientes?-Dijo la joven sonriendo nerviosamente temiendose lo peor.
-Me dijeron que habias muerto,-Empezo el chico, y se noto como ella se relajó visiblemente.- Y estaba apenado, y no se como me deje caer en una trampa de Cindy.
El chico no podia terminar se le habia hecho un nudo en la garganta, mientras que a Suka ya se le habia deshecho en lagrimas el propio, imaginandose lo peor.
-No digas mas yo tambien hice cosas de las que me arrepiento. Olvidemoslo. Por favor.
-Estoy de acuerdo.- Dijo el joven en respuesta
Suka iba a decir algo pero lo que fuera murio en sus labios, ya que Sait la habia dado un beso, despertando una larga cadena de ellos.

Al dia siguiente habia clase de lucha con armas, algunos al principio se preguntaban que tipo de escuela seria esa que les enseñaba a luchar, pero mas tarde según iba pasando el tiempo se daban cuenta de para que se les enseñaban estas cosas. A muchos les encantaban las clases en que habia que luchar pero otros simplemente les eran indiferentes. Una vez le llego el turno a Sait, le volvia a tocar con Cindy, como no.
Cindy llevaba una daga igual que la otra vez que se habian enfrentado, exacta si no fuese por que ademas llevaba otras dos envainadas, un arma a distancia, y probablemente algo mas.
Sait se cogio dos dagas, que se colgo al cinto, un sable, que llevaria a la espalda, dos pequeños puñales, para las piernas, y unos protectores para las manos lo que implicaba que pensaba luchar cuerpo a cuerpo.

Entro en el tatami daga en mano con el pie derecho. Vigilando los movimientos, de su rival se puso contra el sol de forma que ella no pudiese atacarle de frente, y se lanzo a por ella con sumo cuidado de no herirla, la desarmo de la primera daga con un golpe en la muñeca, que por desgracia acarreó un corte superficial para el en la pierna, esquivo una segunda tentativa de herirle, algo mas arriba esta vez, y la lanzó la daga a la pierna habiendo cogido antes el sable, para bloquear el siguiente golpe a que la habia obligado: una estocada, con la izquierda, ya que la diestra estaba otra vez si arma. Deberá ser muy cuidadosa si queria usar ese arco, penso Sait. Tras quitarla la tercera daga de un golpe certero con el sable en el hombro izquierdo, causando una herida superficial, comprobó que estaba a una distancia segura de ella, por si la daba por recoger alguna daga, se acerco con el sable en la mano diestra y la segunda daga, en la zurda. Después la hizo retroceder descargando el sable a un centímetro de su pierna, y dandole una patada a las dos dagas cercanas, impidiendola asi que usase un arma de cerca, solo la quedaba el arco, penso justo a tiempo de separarse de la trayectoria de una flecha que habia disparado a una velocidad asombrosa. Justo en ese momento, se dio cuenta de lo veloz que era con el arco, además de peligrosa se dijo en el momento en que una flecha abria una raja en el antebrazo derecho. A este ritmo me despacha en cinco minutos. Guardo el sable a su espalda, solo le realentizaba. Decidio clavarlo en el centro del tatami. Siempre puedo volver a por el si lo necesito. Enfundo la daga que aun blandia,y se lanzo a por ella sin pensarselo dos veces,con las manos lo mas cerca posible de sus armas, acordandose en ese momento de sus protectores de manos/guantes. Una flecha esquivada, otra, ah, esa me dio. En el momento en que una quinta flecha le daba, se estaba abalanzando sobre ella daga en mano, y puñal escondido en la otra para clavarselo en la mano o partir el arco a la primera oportunidad. En dos segundos ella habia caido del tatami con varias heridas superficiales, y el arco solo unido por la cuerda, y en la madera una daga que lo sujetaba contra la pared.
Sait bajo cojeando de la pierna izquierda por una herida mas profunda de lo que el habia creido en un principio, pero aun asi bajo sonriendo y ayudo a levantarse a Cindy, que aun que estaba mas herida que el, tambien era mas orgullosa y no acepto su ayuda. Por lo que el chico se encogio de hombros y se dirigio a donde estaba Suka esperandole con el botiquin en mano, sonriendole.

Al salir de la sala de entrenamiento, para ir a ducharse, le paró una mano de chica, Sait siguió el brazo hasta el torso y si se sorprendio, no dejo verlo ya que, cuando vio que era Cindy, que seguia impasible. Entonces lo vio, una llama en el hombro, derecho. En ese momento sus defensas se cayeron, ella tenia la misma marca que el en el muslo izquierdo. Olvidando sus modales y el estar rodeado de gente, se libro del brazo de la joven, y se fue al vestuario.

Cuando llegaron al comedor, Sait y Suka estaban hablando de ello, aunque Suka ya sabia lo que significaba, ella tenia el mismo símbolo en el seno izquierdo, y por eso se habia obligado a no hacer nada con él que conllevase desnudarse entera, por que tenia prohibido, que nadie supiese lo que ella misma era. Un dia incluso por esa promesa se vio obligada a matar a unos cazadores que intentaron violarla en el bosque, cuando estaba perdida.
-¿Suka, sigues aquí?- Pregunto Sait, intrigado
- ¿Eh? Si, claro. ¿Qué me decias?
- ¿Qué, que quieres de postre?
-Tarta de manzana- Respondio automáticamente, era su postre favorito.
-Entendido, ahora vuelvo.
Sait se fue en el momento justo en que llegaba Suji, con un sobre que dejo en el lugar del plato de Sait, y se fue sin mediar palabra alguna. Suka le siguió con la mirada, hasta que se sentó ¡¿AL LADO DE CINDY?!

En ese momento llego Sait con dos flanes y una tarta de manzana, y vio la carta con su nombre, dejo los platos, cogio la carta, y la leyo.

Para Sait

Buenas, según las ultimas circunstancias me veo obligado a retarte a una batalla formal a las 5:30 de la tarde del jueves de esta semana.

Sin ningun tipo de cariño.
Suji

Por segunda vez en el dia se habian caido las defensas de Sait, y se notaba el desconcierto en su expresión, giró sobre si mismo para buscar a Suji pero no le vio. Se iba a sentar cuando Suka le señalo un punto en el que una vez se fijo vio que ahí estaba Suji. Se sentó para hacerle una pregunta a Suka pero ella no le dio tiempo.
-Te la dejó él y se fue con Cindy. – Dijo
-Me reta a una batalla. – Respondio a la muda pregunta de Suka.- Vamos a dar un paseo. Tengo que contarte algo.
Tras terminar el postre, se levantaron y se fueron a dar un paseo por los jardines.

-Aquí Leví –Un militar vestido de camuflaje estaba hablando por una radio, de la que unicamente salia el tipico ruido de la nieve, por lo menos hasta que una voz suave salio por ella,
“¿Leví estas hablando por una linea segura?”
-Siempre.
“Hay un objetivo que, popularmente, se cree muerto. Ocupate de que sea cierta esa creencia. Las demas muertes que tengas que causar no son revelantes.”
La radio se apagó de repente, sin darle tiempo a responder.

-Bueno ¿Por qué querias llevarme a jardin?¿No preferirias llevarme al huerto?-Dijo Suka con cierta picardia.
- Calla, no me vengas con esas. Se quienes intentaron entrar en la escuela antes de que llegasen los profesores.-Dijo el chico.
-¿Como has podido descubrir eso?-Pregunto asombrada.
-Facil, tenian tatuajes de dragones. Igual que tu padre el dia que trajo a tu hermana, aunque intento ocultarlo, y uno de los militares que nos prot…-A Sait no le dio tiempo a terminar la frase.

lunes, 8 de febrero de 2010

Capitulo 2:

Cap 2
“Aún sin armas de fuego, el hombre puede matar a otro perfectamente”

Ya llevaban un mes de clase, varias salidas fuera del recinto, como no, acompañados de los militares. Aunque ya estaban en noviemebre, todavía no habia empezado el autentico frio, al que estaban acostumbrados, desde hacia bastantes años. Pero aun asi seguia haciendo mucho frio por las mañanas. a muchos de los novatos, les resultaba insoportable. Pero para los alumnos de tercero ya era una rutina mas, por eso Sait se sorprendio cuando al despertarse estaba helado de frio. vale, si estaba en ropa interior, pero eso lo hacia todas las noches, y nunca tenia este frio. Se puso rapidamente la misma camiseta del dia anterior, y se tapo acordandose, de que era puente. “¿Cómo es que Suka no estaba?” Se pregunto distraidamente, hasta que vio una nota clavada en la puerta, al lado de un horario de clases.

Sait, vinieron anoche a buscarme mis padres, para que pasase el puente en casa.
Lo siento tuve que irme con ellos, espero que te lo pases bien.

Oh vaya asco de puente, “dare clases de defensa personal” penso mientras se ataba las zapatillas.

Cuando llego al gimnasio a la hora de la cuarta sesion, se puso el mono de lucha, y se fue a la cola para luchar. Para cuando llego su turno, se dio cuenta de quien era su rival, Cindy, le ofrecieron arma a elegir, pero decidio que lucharia, con sus manos desnudas, mientras que ella llevaba una daga de unos veintiún centímetros de largo, bien afilada, y una empuñadura de madera, envuelta en tiras de cuero negro. Sait ya habia luchado contra ella pero normalmentes llevaba lanzas o espadas, incluso una vez un hacha. Tenia fuerza bruta aunque no lo pareciera, y Seria un rival digno de sus veloces manos, aun en proceso de poder llevar guantes como arma. Se puso en posición apartando la mano izquierda hacia su espalda, y la derecha a medio cerrar como si en vez de dedos tuviese garras. Espero a que ella diese el primer golpe y lo esquivo moviendose a la izquierda. Al instante la daga se movio como una centella hacia su tobillo derecho, pero le dio tiempo de lanzar el pie hacia la mano que blandia el arma, haciendola soltarla, y agarrandola el al vuelo. Después la lanzo hacia fuera del tatami lejos del alcance de Cindy en un intento acertado de que se quedase sin armas, para tener una lucha cuerpo a cuerpo en que el tuviese mas oportunidades de ganar, aunque si no fuese por la normativa de no usar las armas del rival a menos que uses su misma arma, habria ganado en el mismo instante en que la agarro pues se la habria puesto en el cuello y habria paralizado la batalla. Por lo cual con otro golpe, con la mano, la desequilibro al darla en la parte trasera de la rodilla, haciéndola caer hacia delante, y saltando por encima suya hasta ponerse en el centro del tatami acuclillado para abalanzarse sobre ella en cuanto se levantase, ella se incorporo apenas veinte centímetros, y se abalanzo como una tigresa sobre el chico, que intento evadirla, rodando hacia un lado, pero no le dio tiempo a empezar, cuando se vio aprisionado bajo el peso muerto del cuerpo de Cindy, la agarro del brazo y se lo retorcio sin piedad. Solo paró tras que la joven saltase de encima suya, cayese mal y se precipitase fuera del tatami de cabeza.

Sait se levanto del suelo, y salio del gimnasio sin darle tiempo a Cindy a montarle una escenita, en publico. Se fue hasta el pasillo de los dormitorios y se metio en el suyo con la puerta cerrada.

Cuando Cindy llego hasta ahí se encontro la puerta cerrada, la abrio fácilmente y se encontro a Sait, tumbado en la cama leyendo un libro, y con la segunda y tercera parte de ese mismo libro en la mesilla.
-Se puede saber ¿Por qué me has tirado del tatami de cabeza? Podrias haberme roto el cuello.
-Para tu información eso no ha sido mi culpa. Y por si no lo has entendido, por tu escasez de neuronas, te lo puede decir, cualquier persona de las veinte que habia alli.
-Me da igual, tu eres el culpable de mi terrible dolor de cabeza. – Replico a los cinco minutos la joven
-Sinceramente. Me da igual.- Dijo cortante Sait.- Y ahora a menos que quieras algo mas que me interese, vete.

Tras ese comentario Cindy se fue sin mediar palabra, mas que un unico farfullo “Idiota” . un farfullo que Sait ademas oyo pero hizo caso omiso de el. Lo que hizo en cambio fue dejar el libro en la mesilla junto a los otros dos, y se durmió.

Sait se desperto empapado en sudor por una pesadilla que acababa de tener, recordaba poco de ella. Por lo que no se preocupo mas, se giro y se volvio a dormir.

Al dia siguiente, sábado, Sait, solo recordaba de la noche pasada una cosa: una lucha con una tubería contra dragones, al instante recordo a los tipos esos que intentaron entrar en la escuela, destrozando la muralla, y recordo que a uno se le cayo la capucha, y llevaba la cara marcada con un dragon, le parecio extraño en ese momento, pero mas tarde, en una salida a la aldea, habia visto al padre de Suka, con el mismo tatuaje, y se le antojo extraño. Intentando quitarse de la cabeza esas paranoias, se asomo a la ventana, y vio a uno de los militares que hacian la vigilancia, quitarse la mascara, un momento. Pero lo que vio al instante le dejo helado.
Tenia un dragon tatuado en la cara.

No solo no se las quito de la cabeza, sino que aumentaron, ¿Qué era ese tatuaje?

Decidio que se lo preguntaria a un profesor, o que lo buscaria en la biblioteca.

A las siete de la tarde, se dirigio, a la biblioteca con la esperanza de encontrar rapidamente lo que buscaba, se sento en una silla libre y se dispuso a hojear todos los libros que habia encontrado sobre tatuajes extraños y dragones.

Al cabo de un rato encontro una cita interesante:

Los tatuajes de dragon los llevan los miembros pertenecientes a un clan de la oscuridad, que se perdio en el camino, ahora no son ni de uno ni de lo otro, han intentado ser aceptados como miembro de la oscuridad varias veces en los ultimos años, pero se les ha negado al ser tan salvajes sus costumbres.

Los Dragones, son los guerreros mas salvajes a los que cualquiera haya podido enfrentarse, viven lejos de la sociedad, para que no les ataquen todos los clanes negros juntos, pues aunque últimamente afirman vivir en la frontera de los dos terrenos, se sabe que habitan en nuestras montañas.

Sait no necesitó leer mas, se levanto, devolvio los libros a sus respectivos estantes y se dirigio a su cuarto. Iba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta de la chica que estaba tumbada en su cama, se sento a quitarse las deportivas, y después se tumbo en la cama aun en su mundo particular se metio bajo las mantas y entonces la noto. Habia una chica a su lado, el unico problema es que el sol ya se habia escondido, y se le habia olvidado poner mas gas a las lamparas. Ella le paso un brazo por la cintura y le dio un beso en la boca, al joven no penso que pudiera ser otra que Suka, que habia vuelto antes de tiempo, por lo que la devolvio el beso.
-Hay, Sait como te he echado de menos. – Dijo la suave voz de ¡¿Cindy?!
Sait se aparto de ella y salio de la cama. Probo a encender alguna de las lamparas, y, milagro, se encendian.
-Cindy,¿Qué demonios haces tu aquí?- Casi grito Sait
-Darte una noticia. Suka se ha escapado de casa de sus padres, y se perdio en el bosque por la noche, al amanecer ha aparecido su cadáver, sus padres han recogido todas sus cosas.- Dijo tranquilamente, Cindy.
Solo entonces se dio cuenta Sait de que las pocas cosas que se habia dejado Suka no estaban.
-Vale, - Dijo Sait tragandose el nudo de la garganta. – ese no es motivo para que tu estes aquí.
-De verdad, creia que eras mas listo.- Dijo señalando con la cabeza los pies de la cama donde yacían cuatro maletas. – Me han trasladado aquí para que no estes solo.
-Puedes volver a tu habitación, prefiero estar solo, que mal acompañado.-Replico tajante Sait.
-Deberia ofenderme pero como estas herido no te lo tendré en cuenta.-Tras eso se levanto y se metio en su cama. Tras lo cual Sait se metio en la propia.

Al dia siguiente Sait fue a clase como cualquier otro dia, pero no se entero de nada.

Cindy llego a la habitación medio dormida, por la siesta de la clase de historia, habian dado el 2060, pero se despertó al ver a Sait tirado en la cama, sin hacer nada mas que mirar al techo.
-¿Sait?- Pregunto con voz temblorosa Cindy
-¿Qué quieres Cindy?-Respondio en un hilo de voz Sait.
-Nada, es que te vi ahí tirado y me habia asustado.
-No tenias ningún motivo.- Respondio amablemente el chico. –Ahora dejame en paz.
-Tranquilo pensaba irme con una amiga a dar una vuelta.- Corto tajante Cindy. Y empezo a quitarse la camiseta, sin importarle que el joven estuviese presente se quito tambien el pantalón.

Por la noche Sait se fue al comedor y se sento en una esquina, para que nadie le molestase. Pero al volver se encontro a Cindy en ropa interior, y en una posición que pretendia ser sexy, en su cama. El joven simulo no darse cuenta y se tumbo en su cama.

Por la noche le despertaron unos sollozos giro la cabeza y vio a Cindy.
-¿Qué te pasa, Cindy?-Pregunto adormilado.
-Nada que a ti te importe-Replico
-No sera por que pasé de ti, antes, ¿no?
-A ti que te importa.
-Bastante. Si tenemos en cuenta que no me dejas dormir…
-Pues para tu información, si es tu culpa.
-Anda deja de llorar – Sait intentaba consolarla, nunca penso que ella tuviese sentimientos, y menos dirigidos a el. Se acerco a ella y la dio un beso, en un vano intento de lograrlo.
-Duermete conmigo. – Le imploró Cindy tristemente, mientras le abria la cama, y su corazon. Sait se metio en la cama, y la abrazo, mientras ella le besaba y le abrazaba. Al rato Cindy ya se habia calmado y se dio cuenta de a quien tenia en su cama, le beso en el cuello, y empezo a bajarle los pantalones.

Al dia siguiente Sait se desperto cansado, recordando fugazes momentos, de la noche anterior, aunque por separados eran confusos, vio que estaba en la cama de Cindy, y que la suya estaba deshecha. Se levanto se inmediato al ver que no habia nadie mas en la habitación, preocupado por la chica.

***
Suka se desperto perdida en el bosque, tenia que tener cuidado pues si no la descubririan, llego a la aldea mas proxima, en que no la conocia nadie, por lo que no corria peligro de que sus padres se enterasen, cambio su ropa y su peinado, se acerco al rio y se ensucio la piel visible y el cabello. Y fue a la aldea que la habia visto nacer, con la esperanza de saber que rumor corria sobre su desaparición. Habia visto al dia anterior irse a toda prisa a sus padres, con las cabezas escondidas. No se revelo a ellos por temor a que intentasen llevarla con ellos al campamento de los dragones en las montañas del norte. Les siguió hasta que se reunieron en las fronteras, con un chico de su edad con el mismo tatuaje que llevaban sus padres. Se habia ido a toda prisa por el bosque usando sus huellas para volver a la aldea, una vez alli hablo con unas ancianas sobre un cuerpo que habia encontrado en el bosque, (algo que les habia oido a dos chavales antes) y la dijeron que ese cadáver, se llamaba Suka, y que se habia escapado de casa por que sus padres la querian sacar de la Segunda, y que se habian ido al descubrir su cadáver destrozado por los lobos.

Suka se fue hasta el hueco de hielo puro que ahora formaba parte de la muralla y lo que vio no la podia doler mas.

viernes, 5 de febrero de 2010

Capitulo 1 :

Cáp. 1
“Creyendo saber por lo que luchamos ciegamente, no sabemos que no manejamos nuestro destino”
-Sait, ¿piensas venir hoy o te esperas a mañana?- Pregunto una chica que parecía impaciente, asomada a una habitación en la que yacía un chico a medio vestir tirado en la cama deshecha completamente.
Sait se desperezo lentamente en un vano intento de exasperar a la chica.
-Tranqui, Suka solo necesito cinco minutos de intimidad.- replico guiñándola un ojo mientras sonreía.
-Venga ya no me vengas con cuentos, te he visto más veces desnudo de las que te habrá visto tu madre.- Tras ese comentario en voz quizá un poco mas alta de lo que debería cerró la puerta y se fue a sentarse a los pies de la cama sonriente, mientras movía los pies como una niña pequeña.
-Oh, venga ya. ¿Que quieres decir?-Replico Sait mientras buscaba con la mirada sus pantalones.- Y por favor, ¿Es que no sabes guardar un secreto?
Sait se levanto y cogió los pantalones del respaldo de una silla, se los puso y miro las manecillas de su reloj de pulsera, que estaba colgado del tirador de la mesilla.
-Ah, las ocho en punto. ¿Por qué me has llamado, si hoy no hay clase?
Suka se levanto a su vez y le abrazo por la espalda, sonriendo. Algo que ponía de los nervios a Sait.
-¡Para! ¡Me haces cosquillas!
-Calla ya llegaron todos los alumnos, ya no somos tan pocos como en verano.
-Te doy la razón en esto. Ahora aparta de mi espalda.
Sait la agarro de la mano y dio un tirón de ella para ponerla por delante. Y abrió la puerta para ir a desayunar.

***

-¡Aparta! Malditos novatos. Siempre en medio.
-Venga tío no te quejes debe estar perdido sin su mama. ¿A que si? Pequeño m… - La frase quedo ahogada en la boca del alumno de tercero por un puñetazo que le había lanzado el alumno de primero.
-Para tu información, niño de mama – Dijo con desprecio el alumno sin dirigirles ni una triste mirada. – Mi nombre es Suji.
Suji se dirigía al comedor mas dormido que despierto, pero eso no era motivo para que esos chicos se metieran con el. Se dijo aun enfadado por el incidente, serán idiotas.

Una vez llegó al comedor vio que ya quedaban pocos sitios libres, uno o dos a lo sumo. Se sentó en una mesa circular en que había una pareja, que no parecía preocuparse de lo que pasaba a su alrededor, por lo que pensó que no les molestaría tener compañía. En eso pensaba cuando se dio cuenta de que le estaban mirando ambos.
-¿Se puede saber que miráis? –Les pregunto, ¿es que no sabían que era de mala educación quedarse mirando a alguien?
-A ti – Respondió Sait. – No es habitual que los chicos nuevos vengan a este comedor, normalmente se quedan en sus cuartos.
-Si, es lo mejor con la panda de salvajes que tenemos aquí. – Dijo después Suka, sonriendo. Eso le incomodó bastante. Vale la chica estaba bien rubia, alta, delgada y con buenos… atributos en general.
-Ah ¿vale? – Comento distraído.
-Ahora eres tu quien se nos queda mirando – Comento Suka con la misma sonrisa de antes.
Suji se sonrojo y bajo la mirada al plato con una sonrisa de vergüenza. ¿Por qué no se me tragara la tierra? Pensaba en ese momento cuando otra chica también bastante agradable a la vista, se la cayo la manzana del desayuno en ese momento mientras intentaba sentarse en la ultima silla vacía de la mesa, Suji alargo el brazo en el momento justo, y cogió la manzana y se la devolvió a la chica sonriente.
-Gracias, ¿Suji, no? – Le dijo la chica
-¿Eh? Si Suji, ¿Y tu eres…?
-Ka…Kaev. – Tartamudeo la chica sonrojada y obviamente halagada.
-Bueno ahora somos dos parejas.- Comento una sonriente Suka con un brillo de malicia en los ojos consciente de la muda admiración de Kaev por Suji ya que ellas se conocían (eran hermanas) y se lo contaban todo.
-Cierto- Replico al instante Sait a la vez que le pasaba un brazo por los hombros a Suka y dándola un rápido beso en la boca.
-Oh, por lo que mas queráis, cortaos un poco, dais asco.- Dijo una voz remilgada.
- Ah esa es Cindy la… Como decirlo… - Empezó Suka.
-Guarra de la Clase.-Termino Sait. A la vez que los cuatro se daban la vuelta hacia ella, con cara de desprecio los dos mayores.
Suji la miro de arriba abajo, rubia, alta, de piel morena con el pelo largo, vamos tipo diva ideal de escuela.
-¿A que hablabais de mi?- Saludo Cindy.
-No, nos comentaban que únicamente tienes dos neuronas, una para andar, y la otra para respirar.- Saludo a su vez Suji sonriendo irónicamente
-Muy buena chaval, vas aprendiendo.- El comentario había venido del mismo chico que antes se había metido con el en el pasillo.”Vaya hipócrita” pensó Suji tras reconocer al gorila detrás suya.
-Pues yo espero que hayas aprendido a encajar golpes.- Replicó Suji cortante mientras se levantaba de la mesa poniendo el peso del cuerpo en una sola pierna para lanzar una patada a la minima reacción agresiva.
-Venga, vámonos. – Se interpuso Sait, al ver que se empezaban a caldear los ánimos . – Creo que hay cosas mucho mas interesantes en cualquier otro lado de la escuela, que una exhibición innecesaria de adrenalina.
Agarro a Suka de la mano y a Suji del hombro, haciéndole a su vez un gesto a Kaev para que les siguiese

***
Cinco horas después
***

-Vaya con las hormonas de los nuevos, ¿No crees Sait?- Le comento Suka una vez estuvieron solos en su habitación débilmente iluminada por las lámparas de gas, única forma de iluminación desde la gran Catástrofe de la tecnología hacia ya cincuenta años, en el 2060.
-Si, pero eso son los nervios. Ademas ¿Quién era el chico ese tan alto, con el que Suji ha reaccionado de esa forma? No parecia nuevo pero a mi no me suena de nada.- Comento Sait mientras se acercaba a la chica y depositaba un suave beso en sus labios.
-Imagino que sera uno de los Trasladados.
-Puede ser. Pero si es asi no deberia ser tan chulito, el es tan novato como Suji. Aunque por la altura y la complexión diria que es de nuestra edad.- Sait se habia puesto
Al lado de ella atrayendola a su cama, para descansar un rato. – Vaya asco de dia, parece que todo el clima se haya puesto de acuerdo para fastidiar. Nieva, hace un frio que hiela, vamos, peor imposible.
-A menos que empiecen las clases ahora mismo.- Replico Suka, tumbada a su lado.


La campana despertador sonó a las ocho de la mañana, sorprendiendo a la pareja mientras dormían juntos, dejando olvidada, la cama de la chica, todavía hecha del dia anterior.
- Eh, despierta Sait. – Dijo una adormilada Suka, mientras se levantaba, y se ponía una camiseta.
-Ya voy. No hace falta que grites. – Respondio Sait.
-Vale pero debo decirte que no he gritado en ningun momento.
-¿Entonces, quien ha sido?- Dijo poniendose unos pantalones, y una camiseta.
- No se, vamos a ver. – Se asomaron a la puerta y oyeron jaleo fuera, y golpes en algun lugar del jardin, quiza en las murallas,¿Por fuera? No, era impensable que alguien atacase la escuela. A pesar de estar en epoca de guerras, no iban a atacar un sitio de aprendizaje en que los adolescantes estaban desprotegidos, si no fuese por los preofesores.

Una vez llegaron al jardin vieron que no habia ni un solo profesor y se acordaron que los profesores llegaban al dia siguiente y que el director se habia ido por la noche.
La muralla se habia resquebrajado en un trozo cerca de los alumnos de primero, por suerte salieron corriendo, antes de que entrase nadie. De repente se revento una de las tuberias secundarias, empapando a los invasores.
-Suka aparta.- Dijo Sait a la vez que cogia uno de los trozos de la tuberia, especialmente dura, pero liguera, y se puso en posición de defensa comos les habian enseñado en clase de esgrima el año pasado. Se coloco delante la apertura preparado para defenderse de cualquier ataque que pudiese recibir. – Ve y llama a alguien de la aldea, rapido. – La urgio con prisa.

La chica sonrio al comprobar que mas chicos habian llegado con armas de la armeria de clase de esgrima, y con trozos de tuberia.


Suji se habia ido con Suka, al no saber defenderse aun, a buscar a los soldados de la aldea.

Para cuando llegaron encontraro la aldea desierta, pero no se preocuparon por esa extrañeza, fueron a la base militar mas cercana y pidieron que se les recibierra inmediatamente. Y asi se hizo ya que el guardia les reconocio como estudiantes de la Segunda.

-Debeis ir a la escuela, rapido. – Saludo urgiendo Suka, al comandante en jefe, de la base.
- ¿Se puede saber por que?- Saludo tras meditarlo unos instantes el comandante en jefe.
- Si tanta necesidad de ello tiene que no le importa en absoluto las prisas de mis compañeros. Nos estan atacando y las vidas de mis amigos peligran.
-Bueno si lo pintas asi, iremos.

A los veinte minutos de que Suka se fuese en la escuela ya habian terminado con los atacantes y los estaban transportando a una sala caliente. Y poniendoles mantas y demas cosas para evitar que sufrieran uan hipotermia, afuera seguia nevando, y aunque habian quitado el paso del agua a esa tuberia, era imposible que alguien entrase por ahí, teniendo en cuenta que se habia congelado el agua, y antes de que se cerrase el paso del agua habia seguido echando agua encima de la pared de hielo que se estaba haciendo,(la tuberia estaba en la parte mas alta de la muralla) Y ahora la pared de hielo era alta, y gruesa. Incluso mas que la muralla.

Para cuando llegaron Suka y los militares, armados con sables y cimitarras, ya habian derrotado a los atacantes, y les habian dado tratamiento para evitarles una hipotermia, y para las ocasionales heridas que les hubiesen podido causar, a los militares se les notaba visiblemente asombrados, por el resultado, el comandante se acerco al atacante mas cercano y le quito la manta, y la mascara, y lo primero que le llamo la atención fue el tatuaje en forma de dragon que marcaba su cara. Dio un respingo cuando vio la cara, llena de cicatrices de guerra y se quedo sorprendido por que unos chicos tan pequeños hubieran derrotado a este elemento.
- Cien de los soldados quedaos en el perimetro de la muralla. Otros cien quedaos en una base avanzada que hay a cincuenta metros de aquí. El resto coged a estos elementos y llevaoslos a la carcel de la base. Chicos, sentimos no haber llegado antes. – Dijo el comandante y se fue si soltar una palabra mas.

jueves, 4 de febrero de 2010

Prologo

FUEGO
“Aun sin conocer el destino individual o colectivo de la humanidad, luchamos”

Prólogo


El día en que empezamos esta historia es el día del paso de la escuela Primera de la nueva generación de este mundo a la Segunda. Y por tanto los primeros hijos en edad de entrar en la Primera lo harán este día también.

Aun conociendo las historias de los adolescentes, los novatos no sabían lo que les esperaba tras las gigantescas puertas en que se les recluiría, año si, año también durante cinco largos años, sin contar las vacaciones. Sí es que a alguno le querían de vuelta en su casa. Los que lograban entran en la Segunda eran muy pocos y se les hacía pasar por pruebas muy duras. Eran los que sin duda llegarían a los más altos puestos.

-Ja, ja, no sabia que aceptarían enanos este año. – Grito uno de los de último curso desde lo alto de la muralla que marcaban el final de recinto de tan noble escuela.
-Esperad no son enanos. ¡son mofetas!- replico uno particularmente alto que parecía el típico macarra de escuela.

A los cinco minutos o así llegó el director a recibir a los novatos que ya se amontonaban en la puerta cerrada. Se detuvo a un metro de ella, tomo aire y lo dejo escapar. Abrió la puerta con una sonrisa de falsa bienvenida, dado que el primer mes de clase era insoportable, particularmente para él.
- Bienvenidos alumnos. – Les evaluó con la mirada en un instante, la impresión que se llevo no le resultó demasiado agradable. Eran pequeños con malas caras y apostaría una buena cantidad de sus créditos a que la mitad tenían expedientes, como mínimo. Con un gesto de la mano les invito a entrar en la escuela, y vio como una de sus impresiones se rompía en mil pedazos. Los alumnos terriblemente educados: iban entrando en fila de uno, y con la mejor cara sonriente que parecía que deslumbraban mas que aquellas pequeñas luces de gas que iban salteadas por la calle.