Cáp. 5
“Aunque intentemos detenerla, la muerte siempre nos acecha.”
Ya llevaban dos horas siguiendo el rastro, casi escaso de Suji, que parecia que alguien le habia entrenado para que lo escondiese, pero aun asi no debia ser problema para ellos dos, ya que nadie le habia enseñado a luchar adecuadamente, y Suji le habia vencido hacia poco.
Aparecio dormido en el mismo bosque en que Suka se escondio de sus padres. Los jóvenes se sentaron a esperar a que se levantase, aunque ya habian preparado el terreno con trampas por si volvia a huir. Tras treinta minutos de espera se desperto. Se sorprendió de que le hubiesen encontrado tan rapido, pues apenas acababa de contactar con los dragones. Cogio su arma y ataco a Sait, casi desesperado por conseguir algo de tiempo.
Sait, al verse atacado por el chico, se levanto y saco la katana lo primero, inmediatamente golpeo la espada corta de Suji, y en cuanto saltó de su mano por la fuerza con que la golpeo, Sait le clavo la katana en el estomago.
Suka se desperto con el jaleo de la pelea justo a tiempo de ver como Suji estaba a punto de clavarle una segunda daga, bajo la mandibula a Sait, pero que este ultimo terminaba la pelea clavandole la katana.
La chica se levanto y agarro a Sait, antes de que se cayera. El chico se habia mareado por la muerte del que un dia fue un amigo, que ademas él habia causado. Después, cuando el chico se recuperó, cubrieron con una sabana el cadáver, y lo llevaron a la base del clan mas cercana, que estaba a unos novecientos metros.
En cuanto llegaron, vieron que habia poca gente, todos con el traje del clan. Se acercaron al que parecia el lider.
-Buenos dias. – Saludo Sait.
-Serán para vosotros.- Respondio el Lider.
-¿Que ha pasado aquí?- Preguntaba inmediatamente Suka.
-Los dragones nos asaltaron-Respondia uno de los mas heridos.
-Vaya lo siento.-Intento consolarlos Sait.-Pero os traemos el cadáver de uno que se infiltro en nuestra base, teniamos que llevarlo hasta ella pero creo que de momento nos quedaremos para ayudar.
-Solo si nos enseñais las reliquias del clan.-Dijo tajante el Lider.
Suka se saco una daga reluciente de plata con el símbolo de la llama y su nombre grabado en oro. Sait se encogio de hombros.
-A mi todavía no me han dado la mia, esta es mi primera mision. – Dijo sonriendo Sait un momento antes de que Suka le tendiese un sable de oro, con el filo de plata y la guarda de diamante, con el nombre y la llama en oro del filo.
Sait sonrío, y se saco el documento que les obligaban a llevar a partir de los catorce años, y con el que ya llevaba tres años, en el que figuraban su nombre, su edad, y el lugar de nacimiento. Suka hizo lo mismo, mientras Sait se enfundaba el sable a la espalda, regalándoles el sable que llevaba antes a los de la base.
Partieron tres días después, con un regalo cada uno como símbolo de que habían ayudado a esa base, acompañado de un documento en que explicaba lo ocurrido, y dos guerreros de escolta.
Una vez llegaron a su escuela-base, se encontraron un cementerio, y una pintada en la pared hecha con sangre, que tenia la forma de un dragón. Buscaron entre los cadáveres por si quedaba algún superviviente. Únicamente encontraron a Cindy.
La trataron las heridas que pudieran estar infectadas, y las que no también. Por como llevaba la ropa deducieron que la habían encontrado sola e intentaron violarla. Una vez despertó la dieron algo de comer y mientras, la preguntaron que que había pasado.
-¿Cindy, que ha pasado?-Empezó Sait.
-El director les abrió la puerta a los dragones, uno entro en mi habitación a matarme, pero con los ruidos, me había despertado y tenia mi arma preparada. Pero estaba en camisón y creo que el chico reacciono como seria normal, e intento violarme. Me había quitado el arma, y para cuando la recogí, el guerrero me había empezado a desnudar. Y le conseguí matar antes de que él, enfurecido me matase a mi, aunque no pude evitar varias heridas, alguna grave, imagino. Si no, no me habría desmayado.-Para cuando termino de hablar ya había terminado de hablar, y decidieron que mirarían los cadáveres en busca de alguien que fuera del clan. En una hora entre los cinco, habían reunido a todos los cadáveres, y los habían quemado, antes de que empezase una epidemia.
Un día mas tarde salieron para ir a alguna de las bases, del clan.
Fueron bien recibidos, en la base en que pararon Sait y Suka tras matar a Suji
-Habéis vuelto. – Saludo sorprendido el vigía del recinto.
-Si, esta vez acompañados.-Apunto Sait.
-Y no por un cadáver.-Sonrío Suka.
-Venga, pasad.-Dijo el vigía mientras les abrían la puerta.
Entraron en el recinto y los soldados se fueron a sus habitaciones. Mientras que los tres jóvenes, fueron a ver al Líder para pedirle asilo.
Una hora después les acompañaba una chica joven a sus nuevas habitaciones. En las cuales, Cindy estaría sola.
Al día siguiente, Sait se despertó temprano para investigar el sitio que a partir de ahora llamarían hogar. No esperaba encontrar a nadie por lo que se sorprendió cuando vio a Cindy, entrenando con el arco.
-Hola Cindy. – Saludo Sait sonriendo.
- Ah, hola Sait. – Era evidente que la había asustado.
-Entrenabas.
-Evidentemente. – Apunto la chica. – Creo que pronto nos enviaran a otra misión.
-Eso espero, no aguanto este sitio. –Respondió Sait asqueado.
-No vamos a tardar mucho,-Dijo una voz desde el marco de la puerta. Era el Líder del Clan. Una figura ilustre entre los ilustres.
-Señor- Saludo Cindy
-Oh, Líder- Siguió Sait inclinando la cabeza en señal de respeto
-Levanta la cabeza, chico. Tenéis que descubrir donde se esconden los Dragones salid de aquí en cuanto vuestra amiga este despierta.
Una hora después Sait y Suka se iban por un lado. Cindy había pedido que la dejasen quedarse, que ella ya no tenia nada que ver con los dos jóvenes. Y lo que era peor se lo habían concedido.
Sait y Suka no quisieron ni despedirse de ella por semejante traición, cogieron sus armas y se fueron corriendo de allí, quizá para no volver.
-Sait, empiezo a notar algo raro. Como si nos siguieran. – Dijo una preocupada Suka.
-Tranquila, yo también. –Sait se notaba quizá distante, pero cuanto menos preocupado.-Salta a los arbustos cuando te diga y en cuanto nos adelante quien sea les atacamos.
-Vale.-Termino Suka.
Dos minutos después saltaron a los arbustos. Y esperaron quietos a que llegase su enemigo. Quien no les hizo esperar mucho mas, se detuvo a escasos metros de ellos al no ver las huellas del suelo que llevaba siguiendo todo el rato. Se dio la vuelta, y miro alrededor suya fijandose en todos los detalles que no encajasen en el paisaje, cuando una daga, le cercenó la cabeza de un golpe manchando los arboles cercanos con su sangre. Sait se acerco y le aranco la mascara, que llevaba protegiendole la cara, y le sorprendio ver una llama tatuada en la cara, del mismo estilo que las suya, y que su cara le sonaba, era el vigia de la fortaleza. En ese momento Se dieron cuenta de que no estaban seguros con sus actuales aliados. Y se dirigieron a una de las ciudades mas cercanas, para cambiar de ropa, y vender las armas que llevaban actualmente, y comprar otras.
A las pocas horas de llegar a la ciudad se dieron cuenta de que no seria facil deshacerse de aquello sin preguntas innecesarias. Aun asi se dirigieron a una tienda de segunda mano que habia cerca de una de ropa, y les vendieron las armas. A cambio de cien mil creditos. Tras eso fueron a la de ropa y se compraron unas prendas baratas, que se pusieron en cuanto tuvieron una oportunidad. Y vendieron tambien la ropa.
Al cabo de un rato salieron de la ciudad, con nuevas ropas y sin armas, al menos visibles. Y se dirigian a algun sitio en que no pudiesen darles caza.
Prueba Aragón Hoy
Hace 6 años
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